La etapa de la adolescencia

RICARDA EL FLAMINGO

Dra. Paulina Seguí

No soy experta en esta etapa de la vida, sin embargo, como médico, aprendemos algo de todas las etapas y como anestesióloga ¡también! Además de que ya pasé por ahí, y he visto transitar por ella a varios miembros de mi familia.

Etimológicamente, la palabra adolescente viene, como lo señaló Terencio Varrón, escritor romano (116-27 a. C) del participio latino adolescens, que significa “que crece” y “se desarrolla” (Etimología de adolescente, s.f.). Esta definición implica transformaciones y adaptaciones constantes que se dan en el curso de vida dentro de los ámbitos físico, emocional, social y cultural”. (1)

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una edad comprendida entre los 10 y los 19 años, es la etapa entre la niñez y la juventud, llena de cambios hormonales y por lo tanto biológicos, psicológicos, físicos, mentales, intelectuales (2).

Los seres humanos somos seres vivos que vivimos rodeados de otros humanos, somos una especie que necesitamos de los demás para vivir (y sobrevivir) y en la adolescencia nos empezamos a dar cuenta de ello. Es una etapa donde “el qué dirán” tiene mayor importancia que el cómo me siento, y por lo tanto, es una etapa que requiere del adulto responsable para acompañar en esos momentos donde se interpreta lo que se escucha y se observa en relación a mi juicio, y no necesariamente a lo que el otro dijo o actuó.

En la adolescencia el cuerpo físico crece más rápido de lo que el cerebro percibe, por eso se tropiezan fácilmente, tiran los vasos de agua en la mesa, se sienten como marionetas aguadas, y lo que más desean, es estar con su grupo de amigas y amigos. Y también es una etapa dónde comienzan a percibir que se están convirtiendo en adultos, que su cuerpo físico cambia y por lo tanto hay que contar con nuevas herramientas para vivir en él, que en su mente existen nuevos pensamientos y oportunidades diversas para llenar esos espacios que se van creando. Es una etapa que requiere de apoyo familiar para comprender, tolerar y acompañar.

Por todo esto, me encantó que Pau Vargas eligiera un flamenco para este cuento. Siempre me ha parecido un pájaro desproporcionado, tiene unas patas delgadas y confían en que los van a sostener (hasta se paran en una sóla y hay toda una explicación para eso, si te interesa ve a la referencia 3 donde unos investigadores explican detalladamente con física, matemáticas y mucha paciencia, como es que lo logran). Tienen alas largas, muy grandes, con un cuello delgado y largo, y una nariz enorme, todo desproporcionado a simple vista, sin embargo, perfecto en su diseño. Y además ¡ES ROSA! completamente diferente de todos las demás aves. El animal perfecto para describir (y por lo tanto, comprender) al adolescente.

Y si tu, que me estás leyendo, eres adolescente, te invito a que investigues más de estas formidables aves que existen en nuestro querido México, que si tienes oportunidad vayas a Celestún a conocerlas (yo es dónde he estado y me encantó) y reflexiones con qué cualidades te identificas de ellas y comiences a crear tus propios cuadros, tus propias obras de arte. Disfruta tu camino, llenándote de colores, de sonrisas, de personas amables que te hagan sentir bien, de actividades físicas para que despliegues “tus alas”, rodéate de amor en las relaciones y como dice mi amiga Meg: brilla siempre.

REFERENCIAS

  1. Garcia Juárez, Carlos. Construcción de adolescencia: una concepción histórica y social inserta en las políticas públicas. Universitas Humanística, núm. 85, pp. 347-373, 2018

  2. https://www.who.int/es/health-topics/adolescent-health#tab=tab_1

  3. Chang Young-Hui andTing Lena H. Mechanical evidence that flamingos can support their body on one leg with little active muscular force. Biol. Lett. May 2017:13.https://doi.org/10.1098/rsbl.2016.0948